Una de las ventajas de la ropa de paca usada es que con su uso se prolonga la vida útil de las prendas, lo que evita que estas piezas terminen en los basureros o el océano, reduciendo la compra de ropa recién manufacturada.

Para hacer sostenible la industria de la moda la única solución es acabar con la cultura del desperdicio. La persona promedio de hoy compra un 60 por ciento más prendas de vestir que hace 15 años. Pero los consumidores conservan esa ropa por solo la mitad del tiempo del que solían hacerlo. Una encuesta realizada en Gran Bretaña descubrió que una de cada tres mujeres jóvenes consideran la ropa “vieja” después de usarla una o dos veces. Uno de cada siete considera mal ser fotografiado con un atuendo dos veces.